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miércoles, 17 de octubre de 2012

Al otro lado del teléfono



―Entonces, paso a tomarle los datos y finalizamos la contratación. Dígame, Esteban, ¿cuál es su nombre completo?

―Un momento, un momento. Aún no me ha dicho el precio.

―¿Precio? Hablar de dinero está fuera de lugar entre caballeros como usted y como yo, Don...

―Esteban García Garay.

―¿Con «i» griega, o latina?

―Griega.

―Estupendo. ¿Y su dirección, Esteban?

―Espere, hombre. Repítamelo, por favor: exáctamente, ¿qué estoy comprando?

―Calidad de vida, Esteban. Usted está comprando satisfacción plena. Se lo digo yo, que algo sé de esto.

―Si pudiese ser un poco más concreto...

―Le contaré una anécdota. Cuando estaba yo estudiando en Murcia...

―¿En Murcia capital? ¡Pero si ahí es donde vivo yo!

―Lo había imaginado por el acento, Esteban, pero no me atrevía a decírselo. ¿En qué parte de la ciudad vive usted?

―En la calle Brassans, junto a la escuela de música.

―¡Qué casualidad! Un amigo mío vivía en el número treinta y cinco.

―Eso está más adelante: yo vivo en el número doce, junto a la panadería.

―Lo que es la vida, Esteban. Perfecto, continuemos. Entonces, solicita recibir nuestro producto en su domicilio, ¿verdad?

―¿Producto? ¿Pero qué producto?

―¿Está conforme?

―Pues...

―Perfecto. «García Garay, Esteban». Domicilio: «calle Brassans número doce, Murcia». A lo largo de la semana recibirá en su domicilio su primer cargamento de cerillas sin etiquetar.

―¡¿Cargamento?!

―No se preocupe por el número de cuenta, Esteban. Puede pagar por contrarrembolso. Ha sido un placer, buenas tardes.

―Pero...

[Bip-Bip-Bip] 


Qué puedo decir; aunque no hay comparación, 
Bukowski tenía su oficina de correos...

4 comentarios:

  1. Qué peligro tiene el teléfono xD. Menos mal que yo lo he enterrado bajo tierra; y bien profundo, no vaya a ser que vuelva reclamando venganza...

    ¿Se nota que odio los teléfonos?

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    1. Noooooo... para nada... :P

      A mí lo que me ocurre con el teléfono es que me parece muy frío, se pierden muchos elementos de la comunicación. Al fin y al cabo, el mensaje hablado no lo es todo.

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  2. No sé yo de dónde habrás sacado la inspiración para tan resultona conversación telefónica.

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    1. No sé, no sé... sea de donde sea, me parece a mí que con tiempo y suerte daría para una peculiar novela de teleoperadores. ¿Escrita a cuatro manos, quizá...?

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