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domingo, 22 de diciembre de 2013

Ciencia y revolución: ¡Todo lo que nunca se atrevió a preguntar! (Y algunas cosas que sí)

El otro día quise compartir enseguida la noticia con todos vosotros, pero todavía era pronto y no tenía mucha información que daros. Ahora que la cosa está algo más avanzada, y aunque todavía quedan interrogantes, creo que puedo ir respondiendo a varias de esas preguntas que algunos me habéis transmitido y que tal vez otros (dos o tres, porque esta web es un rinconcillo humilde y de poco tránsito) os estéis haciendo acerca de mi próxima novela: Ciencia y revolución.

El modelo de preguntas y respuestas nos ha funcionado bien en el pasado, así que por qué no usarlo otra vez. Por favor, perdonadme por esa sensación de identidad disociativa. Sí, estoy hablando solo, lo sé. Y para los nuevos... sí, este blog es un poco así.

Empezamos:

1. ¿Qué es eso de Ciencia y revolución? ¿Me he perdido algo? 
No te has perdido nada importante, querido lector hipotético. Un resumen: Ciencia y revolución es mi próximo libro. Es una obra de ciencia ficción con un ojo en la situación política que estamos viviendo y otro en esas historias ya clásicas que han hecho grande el género: Huxley, Orwell, Asimov, Clarke, Dick...

2. ¿De qué trata?
Mikelu Savanna, Mike para los amigos, es un profesor peculiar que imparte una charla también muy peculiar en un aula del futuro, más o menos un siglo a partir de este momento. En esa charla el profesor habla de la ciencia ficción de nuestra época que entonces algunos llaman "la cuarta edad" y se leen una serie de historias. Entre otras sorpresas, los oyentes asisten a la invención de un instrumento musical que puede controlar nuestra mente, al surgimiento de grupos de econoterroristas, a las consecuencias imprevistas de la revolución marciana y a algunas cosas tan increíbles como la transformación de un ser humano en un dios, es decir, un ser omnipotente, omnipresente, omnisciente y todos los omnis que se os ocurran. Además intervienen una anacrónica pipa de fumar y otras cosas también muy imprevistas, increíbles y sorpresivas. ¿He hablado ya de las sorpresas? 

 3. ¿Es una novela, o una colección de relatos?
Esta tiene truco, porque Ciencia y revolución es las dos cosas a la vez. Algo así como lo que hizo el gran Bradbury en El hombre ilustrado, o por escoger un ejemplo más universal, como ocurre en Las mil y una noches: hay una historia principal a lo largo de todo el libro, que empieza en la primera página y termina en la última. Hasta aquí, una novela como las demás. Eso sí, también hay algunos relatos breves intercalados en la trama, igual que Sherezade le cuenta al sultán la historia de la cueva de los ladrones, o igual que asistimos a la historia que hay detrás de cada uno de los tatuajes del hombre ilustrado. Yo a esto le llamo novela antológica, por razones totalmente arbitrarias.

4. ¿Por qué el título?
Por un cúmulo de cosas. Porque rima con ciencia ficción, porque hay algo de ciencia y algo de revolución, porque la ciencia ficción de algún modo es una pequeña revolución en la mente de quien la lee y porque las revoluciones, de algún modo, se dejan notar en la ciencia ficción más que en ningún otro género de ficción.

5. ¿Es políticamente correcto?
No intenta serlo, ni mucho menos. Claro que tampoco intenta ser políticamente incorrecto por el mero placer de tocar las narices. En el libro hay movimientos de insurrección ciudadana. Lucha armada. Estados de emergencia permanentes y brutalidad policial. Terrorismo del que castigan los estados y terrorismo del que practican los estados. Hay golpes para derrocar el poder y tácticas poco honestas para mantenerlo. Ni más ni menos: no es un manifiesto, son aventuras de especulación social y científica.

6. ¿Qué editorial va a publicar el libro?
Esta va para los compañeros y compañeras del gremio, que probablemente tengan curiosidad. La editorial se llama Libralia. Tienen experiencia, y aunque estrenan denominación (acaban de dar un paso importante) ya saben lo que se hacen en esto de publicar historias. Tienen una plataforma propia de promoción y distribución, Click&Read, que compaginan con la distribución clásica a librerías de toda España.
Tengo que decir que les conocí debido a otro proyecto en el que estoy metido con varios compañeros de letras y del que os hablaré más adelante. Como veis, fue un encuentro casual pero doblemente feliz.


7. ¿Cuándo estará Ciencia y revolución a la venta?
¡La pregunta maldita! [coro de voces de ultratumba]
Bueno, la respuesta rápida es que no lo sé. La respuesta incompleta es que estará pronto, y la respuesta algo menos incompleta es que la editorial está trabajando en el libro a muy buen ritmo, que hasta el momento han demostrado diligencia y profesionalidad y... hasta aquí puedo leer. Para lo que se estila en estos casos, y ya sabéis que en esto de hacer libros no convienen las prisas, os aseguro que el libro estará pronto... muy, muy pronto.

8. ¿Tendrá una portada molona, tal vez con una valquiria en topless a lomos de un tiburón y luchando a muerte contra un tiranosaurio que lanza rayos laser por los ojos mientras el sol estalla y llueven guitarras eléctricas?
Pues esa no va a ser la portada, pero la verdad es que molaría un taco, querido constructo voluntario de mi imaginación.
En realidad ya sé cómo será el diseño. Cuando el editor me pidió una descripción vaga de lo que quería, me invadió ese espíritu emprendedor (léase culo inquieto) que tengo y me puse a trabajar con Photoshop (con GIMP, en realidad). Solo quería darles un ejemplo de lo que me gustaría, pero tanto a mí como a ellos nos convenció el resultado y finalmente voy a ser el portadista. 
Esto por un lado está genial, porque la haré a mi gusto, pero por otro lado es una responsabilidad añadida (glup). En cualquier caso, si la portada al final no mola tanto como vosotros os merecéis (para empezar seguro que no mola tanto como la del tiburón y el T-Rex), ya sabéis a quien culpar. ¡¡¡BIEN!!! (léase con voz de no estar desquiciado para nada) ('o_o)

9. Todavía tengo dudas. ¿Qué puedo hacer? ¿Debería salir a la calle y golpear a la primera persona que vea?
No, por favor (¿por qué cuando imagino gente me la imagino tan rara?), mejor pregúntame lo que quieras en los comentarios, que para eso están.


Y bueno, eso es todo lo que se me ocurre por ahora. Me siento un poco idiota, como siempre que hago esto del cuestionario, pero en fin, espero que os haya servido o, al menos, entretenido. Voy a tomarme un té bien caliente y a seguir esperando con impaciencia a que Ciencia y revolución salga a la calle.

¡Nos vemos en los comentarios!

lunes, 9 de diciembre de 2013

Diástole, de Emilio Bueso



Texto de contraportada:

Jérôme es un pintor caído en desgracia que recibe el encargo de retratar a Iván, un misterioso extranjero cuyo pasado irá revelándose a medida que nos relate su historia durante las sesiones de posado.

Jérôme conocerá así la historia de un hombre perseguido por Moscú durante décadas; un forajido que tuvo que recorrer a la fuga los escenarios más duros de la extinta Unión Soviética, sobrevivir al asedio nazi de Leningrado, desaparecer en las noches de San Petersburgo durante los días más crudos de la dictadura, esconderse en las zonas más contaminadas de Chernóbil... La auténtica naturaleza de Iván se nos revelará cuando conozcamos el antiguo y terrible mal que porta consigo, hecho a partes iguales de radiactividad y de una espantosa maldición que habita en el corazón del arte pictórico.

Diástole es un viaje febril que bombea terror y novela negra, dentelladas a la yugular y chutes de heroína, plutonio y poesía. Una corrosiva historia de amor y fatalidad que abre de un hachazo un nuevo registro en la actual narrativa de terror española.

No me gusta esta contraportada que te cuenta media novela y se queda tan ancha. Habría preferido que me dijese en letras grandes: «Sí, sí, ya sé que estás hasta los huevos de vampiros, pero esto es distinto. En serio, pruébalo, es diferente a todo lo demás y, sobre todo, es bueno. Bueno de verdad.»

Y es que tengo que decirlo, no olvidemos que este libro salió de imprenta en 2011. La vampiritis ya iba dando paso a la zombifilia, pero aquel metamonstruo que se alimentaba de sagas, clones de sagas, clones de los clones de las sagas, reediciones de clásicos, películas, cómics y series, todavía coleaba, y en mitad de esa resaca sangrienta una portada como la que ilustra Diástole, con semejante declaración de intenciones, me transmitía de todo menos la originalidad que buscaba entre tanto superventas zafio de tirón corporativo y tantísimo intento a medias. 

Pero esto ni seguía esa estela ni era eso, no lo es, y por ese prejuicio es que he tardado tanto en disfrutar de la novela de Bueso. Esto es lo que la gente que no lee fantástico, o mejor dicho, la que no sabe que lee fantástico cuando lo lee, llamaría narrativa, ficción contemporánea o, si tienen el día aventurero, realismo mágico. Y al mismo tiempo es una novelaza de terror, con vampiros de los de toda la vida... o casi. Y también es una novela negra. Y un thriller para leer del tirón. Y un drama de cucharas y agujas. Y un vistazo a la eurasia del este que no es ni el de un marxista romántico ni el de un niñato geekdental adoctrinado por Apple. Es peor, es el vistazo amargo y deslenguado de un cínico, lo que suele ser sinónimo de verdad o, al menos, de algo que se le acerca mucho.  

En una de las solapas leemos que Emilio Bueso procede del realismo sucio (se nota) y que entre sus influencias hay gente como Palahniuk, Lovecraft y Barker. Y Palahniuk y Barker están ahí en todo momento, pero sin embargo o quizá precisamente por eso— yo me quedo con esa influencia de Lovecraft. Porque al maestro de Providence no se le nota en Diástole, y eso es siempre síntoma de que el influido es uno de esos pocos afortunados que ha entendido lo que Lovecraft escribió, en lugar de quedarse con cómo lo escribió.

Por lo demás —no puedo entrar a hablar de la trama sin repetir lo que ya habéis leído en la contraportadaDiástole es una punta de lanza de un tema del que ya se habló hace poco, de lo que es género, lo que no lo es, y el modo de difuminar o no estas barreras o, al menos, de atraer lectores a la vertiente más imaginativa de la narrativa. La novela de Bueso es un puñetazo en la boca del estómago del mainstream, un bocado en la yugular de las etiquetas, y de esto Salto de Página entiende un rato. Es narrativa para fuera del fandom sin volverle la espalda a los cuatro freaks cuatrocientos, cuatro mil, cuarenta mil... dadnos tiempo que leemos «cosas de esas raras». Los mismos que de pequeños preferíamos los muñecos más feos, las películas con los monstruos más raros, con alienígenas, superhéroes, demonios, orcos... que nos hemos criado a la sombra de una cultura de fuera, y que nos va apeteciendo desarrollar ahora desde dentro. Y que eso no signifique emular. Que nadie invente la rueda ni ruede un E.T. manchego.

Antes de seguir divagando, termino: si te gusta Saramago, lee este libro. Si te gusta Tom Clancy, lee este libro. Si te gusta Asimov, lee este libro. Si te gusta Murakami, lee este libro. Si te gusta Barker, lee este libro. IF ELSE, lee este libro.

martes, 3 de diciembre de 2013

Una buena noticia

 

Pero buena de verdad, no como las del doctor Farnsworth. Lo que pasa es que, como después de todo esto es un blog literario y yo un verborréico incurable, voy a contarla despacio. Me perdonaréis, pero voy a paladearla y dejar que vayáis adivinándola poco a poco, si es que no lo habéis hecho ya.

Primero, un poco de situación: hace dos años, en agosto de 2011, os conté desde este pequeño rincón de la red que había puesto el punto final a mi segunda novela. A finales de otoño de 2012, un año después de eso, os conté cómo aquellos doce meses desde que pude escribir ese «FIN» habían sido en vano, al menos en lo que respectaba a la publicación del libro; y es que cometí la temeridad de enviar mi manuscrito a una única editorial, y para más inri a una que se perdió en el limbo de las sociedades limitadas difuntas, así que nunca sabré si les habría interesado publicar mi novela.

No fue un buen momento, la verdad; pero tampoco uno terrible. 

Porque una de las muchas ventajas de ser un loco con los pies en el suelo, sí, pero la cabeza en las estrellas, es que nos resbala el pesimismo. Bueno, nos deja una mancha oscura y pringosa al escurrirse, eso sí, pero al final, al final, nos resbala y cae al suelo con un ptf muy característico. Y gracias a esa impermeabilidad pude rabiar y cagarme en todo bien alto, sí (esa mancha), pero sin dejar ni por un momento de escribir y, tras considerar con paciencia mis movimientos durante unos meses (¿qué importaban un par más?), seguir esforzándome por publicar.

Es difícil ver esto desde fuera, lo sé. Muchos lectores de este blog sois escritores o gente relacionada con el mundillo, pero muchos otros no. A estos puede sorprender el hecho de que, tras escribir la novela, quede todavía la mitad del trabajo, un trabajo muy diferente y para el que uno no tiene por qué estar capacitado. Y es que encontrar editorial cuesta su esfuerzo, sus horas, su e-carteo, su investigación, sus respuestas (casi siempre ausencia de ellas), sus esperas (¡y qué esperas!), su... todo. Nos cuesta todo menos el optimismo, no lo olvidéis; porque ya hemos dicho que para ser escritor hay que estar un poco loco, saber negar en su justa medida la realidad pero sin que la cosa se desmadre y llegue al punto de las carcajadas histéricas.

Y alguna vez, alguna de esas en que hemos logrado mantener el optimismo, llega la recompensa. 

Esta es una de esas veces. Así que espero que pronto podáis leer mi próxima novela, la segunda escrita, la segunda publicada. Se llama Ciencia y revolución y... bueno, voy a ir dando más detalles, por supuesto, y prometo que también habrá una entrada en serio, con letras grandes y claras, una sin rodeos y que no tengáis que leer hasta el final si tenéis que ir a recoger a los niños o fregar los cacharros o si sencillamente no os apetece leerla en ese momento, y todo para descubrir cuál es la puñetera noticia. Escribiré esa entrada cuando llegue el momento; ahora le toca a esta. Es apenas la antesala de la noticia, el ensayo de un anuncio dado en petit comité, para los habituales. Pero lo importante ya está aquí, en este primer grito al aire. Ahora que habéis llegado al final de la entrada y estamos en confianza (porque llegar al final, si no lo érais ya, os ha convertido en lectores de este humilde blog), os diré lo que les dije a mis amigos: «quieren publicar mi segunda novela. Ya os iré dando detalles según vaya pudiendo.»