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viernes, 7 de diciembre de 2018

Ya a la venta Quintaesencia


Tres meses han pasado desde que os hablase, el pasado cuatro de septiembre, de mi bolsilibro Te prohíbo volver a dormir, publicado por la editorial Cazador de ratas. En ese breve lapso ha dado tiempo a agotar la primera edición ¡gracias! y a pasear el libro de presentación en presentación: en mi cotidiana Zaragoza, en Madrid, en la meca que es Gigamesh (Barcelona) o la reciente Hispacon de Salamanca. 

Pero a pesar de todas las alegrías que me está dando ojalá no pare la cosa, no es la única sorpresa que tenía preparada para este dos mil dieciocho tan literario que estoy teniendo. Ya adelantaba hace tres meses que vendrían más novedades, y aquí tenéis una: precisamente en este último sarao, en la Hispacon (que para quien no lo sepa es el congreso que la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror celebra cada año y con carácter itinerante) la editorial Apache Libros presentó a los asistentes Quintaesencia: El vacío que nos separa, una novela que no podía hacerme más ilusión enseñaros, sin duda la más ambiciosa que he escrito hasta la fecha y de la que enseguida pasaré a explicaros un poco más.

Antes, dejad que os cuente una historia.

Es la historia de un chaval de veinte años que no puede dejar de devorar libros. Acaba de publicar su primera novela —la que da nombre a esta bitácora semiabandonada— y ya tiene claro que lo suyo son la especulación, el sobrecogimiento, la prospectiva, el universo y el espacio, los extremos insondados del tiempo y, muy de vez en cuando, el terror más fantasioso (aprendido de dioses tentaculares, cenobitas y cierto tipo de subcultura palomitera).

No, no hay nada más narcisista que un blog de autor, quitando quizá hablar de uno mismo en tercera persona, y sí, el de la historia soy yo.

Sigo: el chaval ha decidido que no se puede ser un escritor de ciencia ficción sin conocer a los clásicos (porque sí, el pobre iluso todavía dedica a escribir una seriedad y un compromiso más propios de otras profesiones, de esas en las que se gana un sueldo). Ha leído El juego de Ender, Tropas del espacio, Un mundo feliz, 1984, Dune, Fundación, Yo robot, Bóvedas de acero, El fin de la eternidad, Los propios dioses, Ubik, Las estrellas mi destino, y también ha visto Alien, 2001: Odisea en el espacio, Blade Runner, Screamers, Desafío total, Brazil, Doce monos, Distrito 9, Origen, y por supuesto se ha tragado Babylon 5, Star Trek, Stargate, Farscape, Firefly, Expediente X, Almacén 13, Fringe... pero es consciente de que solo ha rascado la capa superior del hielo, y quiere llegar al fondo del iceberg. 

En 2011, recién terminada su segunda obra (Ciencia y revolución, que verá la luz en 2014) acomete Quintaesencia. Nace de la idea de un futuro en el que, debido a la expansión acelerada del universo y según la teoría del Big Rip, la Vía Láctea se ha convertido en un entorno de negrura absoluta en que las estrellas están tan alejadas entre sí que es casi imposible ver la luz de dos de ellas al mismo tiempo. Contemplando esta negrura, al borde de la desesperación, un capitán entrega a su subalterno, la única otra persona con vida a bordo de la nave, un arma para que se suicide. Ese subalterno es su padre.

Tirando de aquel hilo y mientras sigue leyendo todo lo que cae en sus manos, intercalando su escritura con la de relatos breves y la que será su tercera obra en solitario (Quién tiene miedo a morir, escrita en 2013 y que verá la luz en 2016 de la mano de la editorial Saco de huesos) termina un primer manuscrito de Quintaesencia en 2014, tres años después de empezar a escribirla. Es su obra más ambiciosa: el doble de extensa que las que han aparecido hasta ahora, con un argumento complejo y una estructura (esto sí que va siendo marca de la casa) cuanto menos arriesgada, no lineal y de extensiones variables.

En ella hay transhumanismo, viaje hiperlumínico (a efectos), y una épica de alcance galáctico durante los últimos compases de la canción del universo. Se trata de una novela de personajes grises, torturados e imperfectos, de un modo u otro encaminados a una redención tan improbable como su supervivencia.

Pero lo que hay, sobre todo, entre las tapas de Quintaesencia, es un sentido tributo a todos esos libros y obras de ciencia ficción que mencionaba antes. Al buen doctor, a Clarke, a Herbert y a Dick, sobre todo, pero no únicamente. A todo aquel sentido de la maravilla de las grandes obras clásicas de ciencia ficción, revisitadas, eso sí, desde la perspectiva del nuevo milenio y con todo ese cúmulo de referentes audiovisuales como muleta. 

Y fin, de momento; ahora que os he contado esta historia, me doy cuenta de que ya no hace falta que explique nada más. El libro está disponible en la web de la editorial y también podéis pedirlo en vuestra librería habitual. Ojalá os emocione tanto como a mí me emocionaron algunos de sus pasajes, al escribirlo, si os decidís a darle una oportunidad.
 
Contraportada y ficha:


El universo se acerca a su fin.
Los últimos náufragos de la civilización galáctica surcan la negrura del espacio en una nave conocida como La Estación.
Durante generaciones han viajado por el universo haciendo frente al vacío que les rodea. Cuando los recursos no llegan para abastecer a todos es necesario tomar decisiones difíciles…
¿Qué será de los habitantes de La Estación?
Un viaje a las fronteras del tiempo y del universo.


Páginas:   280
Precio:   15,50€
Editorial:   Apache Libros
ISBN: 978-84-949303-7-9
Formato: Rústica con solapas
Dónde comprar: