Páginas

miércoles, 19 de febrero de 2014

12 cosas que todo escritor novel debería saber

Este blog, lo decía el otro día, comenzó al mismo tiempo que mi aventura como escritor novel. Mi yo de diecinueve años intentaba asomar la cabeza y abrirse paso en ese nuevo mundo de gente que no se conforma con escribir y enseñárselo a amigos y familia, sino que además tiene la temeridad de intentar publicar sus historias para que las lea todo el mundo. Bueno, tal vez no todo el mundo, claro, pero sí una fracción aceptable. Al menos más gente de la que cabe en nuestro salón, ¿es mucho pedir eso?

Ahora tengo veintitrés, que sigue sin ser demasiado pero ya es otra cosa. Va a salir a la calle mi segunda novela y tengo varios relatos publicados en papel, he evitado pisar las minas del camino (estafas, engaños, coediciones y autoediciones) y he conocido a mucha gente genial pero, ¿os cuento un secreto? Ahí va: sigo atravesando un montón de incertidumbres, tengo una tonelada de anhelos todavía por cumplir y mucho trabajo cuya recompensa es incierta. Sigo sintiendo que acabo de llegar y que mañana podría ocurrir cualquier cosa. Y me encanta. 

Así que, aunque sigo siendo un recién llegado y mi experiencia no es más válida que la de nadie, aunque internet está lleno de este tipo de artículos (algunos escritos por ese yo de diecinueve años del que hablábamos antes, el mismo que a veces hace que me entren ganas de comprar un Dlorean), ahí va el mío:

12 cosas que todo escritor novel debería saber

1. El mundo es una mierda. Sí, es un principio duro, lo sé, y lo siento. Pero es que es muy importante. Yo soy un tío positivo, uno de esos que siempre le ven el lado bueno a todo, uno de esos tan felices que a veces te apetece darles un puñetazo en la boca del estómago para que dejen de contarte lo bonito que es todo. Pero no soy idiota, y sé que el mundo está lleno de desgraciados. Como escritor novel eres una persona que quiere algo, publicar. Como persona que quiere algo, eres susceptible de ser engañado por un desgraciado. Así que mucho cuidado: ahí fuera hay estafadores y timadores que querrán sacar dinero de tu obra sin retribuirte, hacerte pagar por publicar, robar tu autoría... incluso hay gente que te hará la vida imposible o te desprestigiará profesionalmente por una discusión tonta en internet o por la razón más antigua: porque sí. Mucho cuidado...

2. El mundo, por otro lado, es genial. Contradicciones a mí... ja. Hay desgraciados, sí, pero pronto verás que no son tantos. También hay mucha gente genial, gente con la que merece la pena hablar, compartir, debatir, gente de la que aprender y junto con la que crecer. Así que escribe en foros, hazlo con humildad y exponte a críticas, debate, aprende. Muévete. Lee blogs, crea uno si no lo tienes (además es un ejercicio genial que te ayudará a ser mejor escritor y a tener constancia), mantente al día. Ve a convenciones, charla con editores y escritores. ¡Empápate de ese mundo, si tú también quieres ser una parte de él! Seguro que de regalo te llevas un buen puñado de amistades.

3. Nadie empieza bien. Y punto. Nadie. Nadie, nadie, nadie. Yo publiqué a los veinte la primera novela que escribí, El rebaño del lobo. Tuve muchísima suerte, ya había escrito muchos relatos y fragmentos de novelas antes de eso y a pesar de todo el libro no es ni mucho menos perfecto, es una novela de juventud con sus defectos inevitables. Hay gente que publica una primera novela genial, estupenda, maravillosa, revolucionaria. En los periódicos se lee: "la mejor ópera prima de la década", y otras cosas por el estilo. Pero no, no te engañes: antes de esa el autor ha pasado años escribiendo, mejorando su técnica y confeccionando novelas, aunque hasta ahora no ha conseguido publicar. No hay otro misterio. No hay apenas genios, y desde luego tú no eres uno. Si lo fueses, si fueses el tipo obsesivo de persona capaz de olvidarse de comer y dormir durante días enteros, capaz de escribir un novelón en una semana, te diré que aun así tienes que aprender primero y trabajar, trabajar muchísimo. De eso no se libra nadie.

4. Registra. No es broma. Merece la pena. Ahora hay opciones privadas, como safecreative, que no entraré a valorar. Lo importante es: consigue que haya constancia con peso legal de que reclamaste la autoría de tu obra antes que un posible plagiador. El Registro de la Propiedad Intelectual es la opción que hoy por hoy da más garantías.

5. Tu tiempo y tu trabajo son valiosos. No envíes tu obra al tuntún, porque estarás perdiendo un tiempo valiosísimo, exponiendo tu texto y tal vez destruyendo oportunidades de publicar otras obras en el futuro. En lugar de ello investiga. Envía tu manuscrito a aquellas editoriales que publiquen libros como el tuyo y no pierdas el tiempo con otras. Envía tu manuscrito a editoriales que en su web anuncien que reciben manuscritos, porque muchas veces las editoriales cierran la recepción cuando están saturadas. Envía tu obra correctamente: si te dan instrucciones en la web de la editorial, síguelas a pies juntillas. Si no, en general siempre es positivo redactar un e-mail educado pero en tono personal, sincero, sin darte aires, explicando claramente y en un par de líneas lo que ofrece tu novela. Puedes adjuntar en este e-mail una breve propuesta o esperar a que la soliciten; la propuesta deben ser un par de hojas como mucho, con un resumen muy breve de tu obra, las razones por la que crees que podría interesarles (personaliza, si envías a varias editoriales haz cada una diferente: a nadie le gusta que le envíen un texto frío y genérico, y a los editores tampoco) tus datos y alguna información de interés (si has publicado algo anteriormente, si tienes un blog...). Si en la web de la editorial no lo solicitan y si desde la editorial no te lo piden, no envíes tu manuscrito. Espera siempre a que te lo pidan.

6. Nunca jamás deberías pagar por publicar. Ya lo comentaba nuestro amigo Watson en su blog. Esto debería ser de sentido común. Oye, has trabajado, has sudado tinta, y tu novela está lista. Si es interesante, con esfuerzo y compromiso de tu parte puede que consigas que un editor quiera publicarla en su sello. Si no es así, sigue intentándolo, y mientras lo haces, sigue escribiendo. No hay otra fórmula, y finalmente lo lograrás. ¿Que te piden un dinero por publicar tu obra? Di: no. Insúltales si quieres, ignórales, haz lo que te plazca, pero siempre di: no. Si tu texto es bueno entonces tiene un valor artístico y económico, por lo que siempre deberías obtener algo (aunque sea un pago simbólico) a cambio de él. Lo normal es que cobres un porcentaje de entre el diez y el quince por ciento del P.V.P. de cada ejemplar. Ahora bien, ¿además de que cedes tu texto, te piden que pagues un dinero? Huye. Te están estafando, te quieren robar los muebles y aun encima enviarte la factura del camión de mudanzas. Ni se te ocurra. Muchos escritores que caen en esto se arrepienten con el tiempo, ven que sus obras no han sido bien publicadas o que tal vez su calidad no era la que debería haber sido, se avergüenzan de haber publicado mediante este sistema y son rechazados por otros escritores y muchos lectores. No merece la pena, y trabajando duro y con constancia puedes convertirte en un auténtico escritor profesional o semi profesional. Cuando consigas publicar tu obra por sus méritos literarios y no a cambio de dinero, entenderás lo que es sentir tu trabajo reconocido.

7. Escribir no es ir en bici. Esto se olvida. Te lo digo yo: pasa un par de meses sin escribir y habrás perdido forma hasta un punto que no creerías. Así que ya sabes, si todos los grandes lo dicen es por algo: escribe todos los días. ¿Eres vago o caótico? Pues si un día no puedes escribir, al siguiente el doble. Si no avanzas con tu novela escribe un relato, y si no una entrada para tu blog o cualquier cosa que se te ocurra, pero construye cada día párrafos y oraciones, estructuras narrativas, diálogos y personajes.

8. Tienes que amar las letras. No existe en todo el mundo un buen escritor que no disfrute leyendo. Seguro que si estás aquí y quieres convertirte en escritor no tengo que decirte esto, pero lee a diario, lee tanto como puedas. Lee a grandes autores, los mejores que encuentres, y siempre intenta aprender, pero sobre todo disfruta. Después, analiza por qué has disfrutado; si lo averiguas, incorpóralo en tus textos.

9. Tienes que pensar a lo grande. Vende tu coche por diez mil, y alguien te dará siete mil. Véndelo por siete mil... y no sacarás más de cinco mil. ¿Jodido, eh? En esto de las letras, como en todo lo que la vida puede ofrecerte, tienes que apuntar muy alto, todo lo que puedas. Si tu objetivo es ser un escritor conocido y exitoso, que publica en las mejores editoriales y es traducido a muchos idiomas, trazarás un camino que puede llevarte hasta allí o hasta algún punto entre ahora y esa meta, lo que también está genial. Porque piénsalo: si tu objetivo es publicar en Amazon, no trazarás un camino que pueda llevarte a ningún sitio más y es probable que nunca llegues a nada. Conseguir lo que quieres puede ser difícil si te esfuerzas, o imposible si no lo intentas. Visualiza siempre tu futuro y traza objetivos.    

10. No eres el mejor escritor del mundo ni lo serás nunca, pero a veces tienes que creer lo contrario. Aquí nos jugamos muchas cosas. Horas de trabajo, de sueño... ponemos en juego otras profesiones, familia, pareja... y durante años es probable que no recibas nada a cambio. En esa situación es fácil pensar que el sueño nunca va a llegar, que esto de escribir es una locura... en esos casos, es necesario tener autoestima. No beses el espejo, pero tampoco seas injusto contigo. Ten fé en tu obra y sigue siempre hacia delante. Vive a base de macarrones, olvida lo que era dormir siete horas seguidas, pero no te rindas. 

11. A pesar de todo puede que no valgas para esto. Otros no te lo dirán, porque hay quien prefiere mentir a dar malas noticias, pero podría ser. Puede que no le dediques tanto tiempo como debieras, puede ser que por lo que sea ese talento no esté en ti... oye, vete a saber por qué, pero a veces pasa. ¿Y qué? Yo dibujo fatal, horriblemente, pero a veces me gusta hacerlo. Hago un garabato porque me relaja hacerlo, lo guardo y me quedo muy satisfecho. Hey, si no vales para escribir, tal vez tú sí que seas buen dibujante, o músico, diseñador, ingeniero, monitor de deportes de riesgo...

12. Nunca se termina de aprender. Esto debería saberlo todo escritor, novel o no. ¿Stephen King? Él también la caga. ¿George R. R. Martin, Paolo Bacigalupi? La cagan, claro que sí. Todavía aprenden, y todavía son falibles, y todavía están experimentando. A un nivel mucho más mundano, muchos escritores que conozcas publicarán un par de libros y se creerán la nata, te mirarán por encima del hombro y fingirán que ya lo saben todo. No admitirán delante de ti que están, por lo menos, tan perdidos como tú, si no más. Ten siempre presente esto. Puede que tú también caigas en esta trampa, nunca se sabe, así que vigila tus propios pasos. Todos, absolutamente todos, aprendemos todavía, tan perdidos y confundidos como el primer día. Habrá quien te dé la mano, y habrá uno o dos despistados que te pongan la zancadilla. Porque vamos todos juntos en esto, para bien o para mal. 

Así que recuerda. Ahora que sabes esto (seguramente ya lo supieses de antes, ¿verdad?), cuando seas mejor escritor que yo y hayas publicado mucho más, cuando hayas alcanzado el éxito internacional y vendas camiones de libros a cada segundo, no me vayas a poner la zancadilla. Yo solo soy otro escritor con más o menos arte, pero que ama lo que hace.

11 comentarios:

  1. Pues muy de acuerdo en todo. Destaco lo de aprender siempre, y probar y tratar de ir más allá. También me identifico especialmente con el punto 2, hay un montón de colegas interesantes de los que se puede aprender mucho. Y son el antídoto perfecto contra la sensación de soledad que a todos nos ataca alguna vez, cuando nos negamos a saturar a la gente a nuestro alcance que no tiene la misma "deformación" XD
    Contra eso y contra el desánimo, que la sensación de andar en el mismo barco ayuda mucho cuando vienen mal dadas. O será eso de mal de muchos... :-)
    Ahora, también sorprende la cantidad de ego desatado que hay por aquí, por el mundillo. Y que a veces uno da por hecho que por escribir la gente tendría que ser especial, más profunda o más reflexiva, no sé. En cambio, el porcentaje de afinidades no resulta tan alto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, eso de la deformación, qué cierto es jaja. Si hablásemos con los nuestros de literatura todo lo que nos pide el cuerpo nos quedábamos solos.

      Y sí, cuando miras de cerca los escritores no son una élite de intelectuales llevados a inflamar los corazones del mundo, sino más bien un subgrupo social con tendencia a distraerse, soltar parrafadas y dormir poco. Pierde todo el glamour, pero oye, también es mucho más humano. Eso hace más valiosas las afinidades que comentas.

      Eliminar
  2. Me vas a hacer llorar como a César ante la tumba de Alejandro... Veintitrés años y ya camino de la segunda novela publicada... Es indecente, que lo sepas...
    Me ha gustado mucho tu entrada. Es impetuosa, arrolladora y... positiva. Ese positivismo que se hecha mucho de menos hoy en día, pero también con un poso de realismo que te aferra a la realidad.
    Encantado de leerte, otra vez...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bah, Salci, lo de la edad es anecdótico y no significa nada. Cualquiera puede llegar pronto o tener suerte, pero de lo que se trata todo esto es de hacerlo bien.

      Muchas gracias por lo de la entrada, me has puesto la sonrisa :). Creo que se puede ser positivo y realista al mismo tiempo; además el positivismo es una de esas cosas que solo con intentarlas ya empiezan a hacer efecto.

      Eliminar
  3. King la caga, sí; pero él tiene la ventaja de tener un buen número de amigos lectores que le cuentan sus fallos. Esto te lo digo sólo para que le tengas envidia :P

    El punto once entronca con lo último que decía César Mallorquí en sus consejos:«Prepárate a aceptar que no eres escritor». Yo creo que la mejor forma de saberlo es dejándolo; si vuelves a recaer, es porque ya no tienes salvación: las letras te la han jugado.

    Habría que profundizar, eso sí, un poquito más, ya que hay casos extremos: unos lo dejaron y, ya en la vejez, se arrepintieron «¿Qué habría pasado si...?»;otros, en cambio, escribieron un montón de novelas sin éxito «No malgastes tu vida en esto, chico». La realidad es que —permíteme imitar a ese autor que has puesto al final— las letras te van a joder lo quieras o no. Son unas zorras, las letras.

    Ya, ya sé que soy un cuervo melancólico. Venga, una curiosidad para compensar: Alan Moore dice, y estoy de acuerdo con él, que se escribe mejor cuando se ha perdido la ilusión. Hmm, igual esto último no compensa mucho. O_O Mejor callo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero qué oscuro eres :P. Hay que tener mucha de esa amargura que comenta Alan Moore, está claro. Hay que haber ganado y haber perdido, haber llorado y haber reído, ¿no? Pero es que Alan Moore es mucho Alan Moore.

      No recuerdo el escritor, pero otra cita venía a decir que esto de escribir es como pasarte toda la vida detrás de una recompensa que nunca llega. Siempre estás a punto de alcanzarla pero nunca la consigues, y para cuando te das cuenta ya es demasiado tarde para dejarlo y estás enganchado sin remedio.

      Jodido y agradecido lo resume muy bien xD.

      P.D.: Es una buena prueba, pero no sé si podría dejar de escribir. No creo haberlo hecho nunca desde que empecé.

      Eliminar
  4. Fíjate que yo veo como el peor de todos el punto 2. El colegueo, los grupos cerrados, los falsos halagos que te impiden mejorar... Soy muy raro, qué le vamos a hacer :-D

    Saludos,
    Entro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ya veo por donde vas y a mí tampoco me gustan esas cosas, pero es que el punto 2 no dice nada de eso, en todo caso lo contrario. Si estamos en el mismo bando, fíjate: el punto 2 va dedicado a evitar la cerrazón y el estancamiento que comentas.

      Es discutible por aquello de que las influencias contaminan y demás pero, según lo veo yo, no hay grupo más cerrado que el de quien no sabe relacionarse, ni endogamia peor que la del que no evoluciona porque no comparte. Una buena cura contra esos falsos halagos que te impiden mejorar es (aparte de no ser iluso) precisamente salir de tu círculo, como digo en el punto 2, y entrar más en foros, ir a convenciones, discutir, debatir, crecer.

      Yo desde que te conozco he oído que Terry Pratchett esto, que Philip K. Dick lo otro... tengo un contrapunto que no tendría sin entrar a Ociozero, ¿ves? xD

      Me quedo con ganas de hablar del colegueo y la endogamia entre escritores, eso sí, porque es un tema que da para mucho. Igual para otro artículo.

      Un saludo ;).

      Eliminar
    2. Ya, te entiendo, pero resulta complicado mantener el equilibrio. Hay gente que se pasa más tiempo socializando en "círculos literarios" que escribiendo, y muchas veces ellos mismos no saben cómo han acabado así.

      Creo que si encuentras un grupo en el que te sientes realmente a gusto siendo tú mismo, es muy positivo. Pero si tienes que empezar a amoldarte, malo. Yo aún sigo buscando XD

      Saludos,
      Entro

      Eliminar
    3. Totalmente de acuerdo con lo del equilibrio. Yo hace nada que he terminado haciéndome una cuenta en Facebook para mover un poco el contenido que cuelgo aquí y las noticias de publicaciones en papel y esas cosas. Mira que me había resistido hasta ahora... y qué quieres que te diga, sirve más para perder tiempo que otra cosa, pero bueno, es que después de la parte creativa toca hacer también promoción y esas historias que la verdad, no son lo mejor de escribir ni muchísimo menos, pero están ahí y juegan su papel.

      Lo del segundo párrafo ya son formas de ver la vida y las relaciones. Yo soy de otra escuela, creo que amoldarse un poco y tirar de empatía puede ser muy positivo, cuando es mutuo; hasta necesario, y lo hago tanto como lo espero de los demás.

      Pero oye, si no te convence, en este blog siempre que comentes puedes ser tú mismo y meter toda la caña que quieras sin morderte la lengua, que eso también es de agradecer. :)

      Saludos.

      Eliminar
  5. Sí, yo también me he abierto cuenta en FB, aunque no me van mucho esas cosas. Más que nada lo he hecho para mantenerme al día de lo que se cuece.

    Tranquilo, hace tiempo sí era muy broncas, pero con los años me he suavizado :-D

    Saludos,
    Entro

    ResponderEliminar